La maquinaria de la diplomacia internacional se pone en marcha. A la vista de que las negociaciones entre serbios y albanokosovares no avanzan en Viena se aceleran los encuentros entre representantes internacionales y los Gobiernos de Belgrado y Pristina. Reuniones que se celebran muy lejos de Viena, en Kosovo y en Serbia.
El Ministro de Asuntos Exteriores español y presidente de turno de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Miguel Ángel Moratinos, se reune hoy con las máximas autoridades serbias y kosovares para analizar la viabilidad del plan de la ONU para Kosovo.
Con Serbia hablará del futuro político de Kosovo, de la integración europea de Serbia, la cooperación con el Tribunal Penal de la ex Yugoslavia y las relaciones con España. Las cosas para la comunidad internacional se están poniendo feas y ya es hora de sacar el caramelo de la Unión Europea para Belgrado.
En Pristina se reunirá con el Presidente de Kosovo, Fatmir Sejdiu, y con representantes serbios, albaneses y de otras minorías.
Y todo esto ocurre cuando la tensión crece en Kosovo. La explosión de una granada de mano ha dañado hoy siete vehículos de la OSCE y dos coches privados en Pec. El pasado día 19 de febrero otros tres vehículos de la UMNIK fueron atacados con granadas. Un ataque que se atribuyó la antigua guerrilla albano-kosovar del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) contrario al plan de Athissari porque para ellos se queda corto. UCK asegura que lo hizó para vengar la muerte de dos manifestantes en una concentración contra el plan de Athissari.
Las cosas se ponen muy feas.
Silvia
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