
Serbia se agarra con uñas y dientes a la resolución 1244 de Naciones Unidas. En esta resolución de 1999 aparece que Kosovo y Metohija (la tierra de la Iglesia) forman parte de Serbia. El Gobierno de Belgrado no quiere que cambie nada, no quiere perder parte de su identidad. ¿Pero hay alguna otra salida?
Maarti Athisaari ha criticado duramente la postura de Rusia. Según Athisaari: " Los rusos no han formulado una sola propuesta concreta para resolver el problema".
Serbia esta ahora a exámen. La Unión Europea ha reanudado sus relaciones con Serbia tras pararlas en seco por la negativa del gobierno de Boris Tadic de entregar a los criminales de guerra. Pero finalmente el Gobierno serbio ha cumplido y ha entregado a uno de los criminales de guerra más buscados: el general serbio Zdravko Tolimir.
Ahora es Serbia quien pone condiciones.
SILVIA
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